martes, abril 30, 2013

PABLO BRITO ALTAMIRA - LA REBELIÓN DE LAS PLAZAS





El Estado es una garrapata
Hinchada de sangre y de petróleo
Por el petróleo corren los dólares
Por la sangre las sobredosis
De los niños de la patria
  
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Somos asaltados por el hampa, somos asaltados por la brutalidad policial, somos asaltados por la ausencia de atención en los hospitales, somos asaltados por la indiferencia, la indolencia, la desidia, la negligencia criminal.

Y somos asaltados por las preguntas:

¿Cuál es el punto más alto al que todos podríamos mirar para sentir que existimos juntos y que juntos podríamos cambiar las cosas?

¿Por qué entonces insistimos en mirarnos las puntas de los dedos de los pies?

El problema no es cómo salir de una dictadura, el problema es cómo instaurar una democracia.

Si hubiéramos sido demócratas el 14 de abril el líder habría escuchado y seguido la voluntad del electorado y todos habríamos salido a la calle. Pero no, fue el electorado el que acató la decisión del líder y adoptó el silencio de los que otorgan, el silencio de los cómplices.

Nos acosan las preguntas: ¿Por qué tanto miedo a la libertad? ¿Por qué tanta sumisión a los dictámenes de los que se dicen dirigentes y la gente llama líderes? En alemán, líder se dice Führer.

¿Por qué ese desprecio , esa subvaloración del ciudadano?

Primero decían que no se nos podía contar que esto era una dictadura. Luego, que no se nos podía hablar de fraude. Siempre se nos trata como a párvulos a los que no se puede decir las verdades completas, siempre hay que llevarlos de la mano y con los ojos cerrados. Siempre hay que hablarles de cigüeñas y de pajaritos.

Ahora, cuando todo o casi todo depende de mostrar la fuerza que tenemos, nos dicen que no podemos salir a la calle – nuestra calle- porque nos van a matar, porque vamos a desatar una guerra civil, porque nos van a usar como carne de cañón.

Nos creen idiotas, nos creen asesinos o nos creen masoquistas. Si salimos a la calle, lo haremos de modo de evitar esas amenazas. Guerra Civil no habrá porque nadie, en ningún bando, está dispuesto a dar la vida por sus dirigentes. Matarnos entre nosotros no ocurrirá porque la población no quiere esa sangre que algunos interesados dicen que debe correr para que las cosas cambien. Y que nos usen como pretexto depende de que dejemos que lo hagan, y es aquí donde los llamados dirigentes, con su fuerza mediática, podrían ayudarnos.

Pero no les interesa, porque si salimos a la calle sin ellos y no dejamos que ellos nos roben las banderas nos daremos cuenta de que no los necesitamos.

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Esta es una dictadura militar, pero es también la dictadura de la guachafita, y tal vez no haya lugar para aguafiestas como nosotros. Cuando el Titanic se hunda no se acordarán de otra cosa que de pelearse por los botes salvavidas y entonces serán ellos los que griten: ‘ siempre lo habíamos dicho’ como ahora dicen del fraude. Son ladrones de banderas.

No quiero responder  como los sociólogos, que hablan de pasadas esclavitudes como traumas indelebles. Quiero hablar como ser humano, que sabe y siente que todo lo humano es libre y todo lo libre es humano.

Y la pregunta vuelve y nos acosa: ¿Por qué somos tan inhumanos?

No quiero responder como quienes piensan que un clavo saca otro clavo y que un golpe se desmonta con otro golpe.

Ningún cambio se produce con solo desear el poder, hay que desear el bien común primero para alcanzar el poder de hacerlo después.

El sistema, que se sostenía gracias a su habilidad para guardar las apariencias, ya no puede guardarlas. El rey , ya lo saben todos, a desnudo. Pero ¿Qué hacer ahora?

El susto que acosa a los llamados dirigentes es que ya no les queda más remedio que actuar. El susto que acosa a los venezolanos es que ahora está claro que los llamados dirigentes no saben, no pueden, no quieren actuar contra un statu quo del que depende su propia subsistencia. Después de nosotros, el diluvio, habían dicho siempre en privado. Pero el diluvio llegó, y en el arca que tienen preparada solo caben ellos, y muy apretados.

Ellos dicen que esto es antipolítica, pero que la ciudadanía sea la que tome las decisiones y ellos, los llamados servidores públicos, los que las ejecuten no es antipolítica.  Lo que ocurre es que  los políticos no quieren servir a nadie más que a ellos mismos. No es que la ciudadanía sea antipolítica, es que los políticos son anti-ciudadanía.

Ahora  entendemos sin más anestesia que la desobediencia civil empieza por el desacato a esos llamados dirigentes.

Y ahora sabemos que no se trata de cambiar de amos, sino de dejar de ser esclavos.

El problema teórico se convierte entonces en un problema práctico. ¿Quién convoca? ¿ Cómo nos reunimos? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Qué clase de manifestaciones y protestas pacíficas vamos a organizar? Foros, encuentros, asambleas ciudadanas que la constitución consagra

¿Cómo convocar para que la convocatoria no sea tergiversada?

Y aquí nos enfrentamos a otro asalto: nos asaltan los medios de comunicación controlados y dirigidos contra nosotros por el régimen y sus aliados de izquierda y derecha.

En este siglo en que los medios de comunicación son armas de desinformación masiva toda voz disidente es acallada o ignorada.

¿Cómo difundir nuestro mensaje? ¿Cómo recibir el mensaje de la gente?

Este es un tema para una consideración más extensa que la que podemos desarrollar en este foro *, pero es un tema central que debemos analizar con un enfoque totalmente distinto al habitual.  Masificación es sacrificio de la calidad en beneficio de la cantidad, sacrificio de lo individual en nombre de lo colectivo, sacrificio de lo esencial para privilegiar lo trivial. Los medios masivos no son los medios que necesitamos para crear la conciencia que buscamos.

No los únicos, es todo caso.

Ahora, más que nunca tenemos que entender que nuestro problema es local pero que no se resuelve en términos locales. Lo que está en juego es un replanteamiento del modo de ser de las sociedades. No basta salir de la dictadura y ‘volver’ ,como algunos dicen,  a la democracia. La película no se puede retroceder, pero incluso si se pudiera, no sería deseable. Esa democracia que teníamos es un modelo vencido, periclitado diría uno de sus fundadores. Por eso produjo  la dictadura en la que estamos.  Ningún proyecto que se llame progresista puede proponer un regreso al pasado. El regreso al pasado lo estamos viviendo. Más pasado y más atraso que esto solo lo conseguiríamos volviendo a la edad de piedra. No se trata, pues, de regresar a la democracia, se trata de instaurar una democracia nueva.

Y lo primero que hay que hacer es repensar, replantear, reinventar el papel y la función del liderismo y de los partidos basados en ese liderismo que siempre, indefectiblemente, lleva al caudillismo y a la lucha por el poder que olvida cuál es el propósito de ese poder.


Ahora más que nunca tenemos que entender que o basta adversar, hay que proponer un modelo diferente.  Esa es la parte del trabajo que no puede realizarse en la calle. Esa es la parte del trabajo que debería realizar una asamblea constituyente de la disidencia.

No una constituyente como recurso legal ,únicamente pensado para recuperar el equilibrio perdido y restaurar una legalidad anterior.

Sino como instrumento para el pensamiento y la restructuración de un nuevo orden de cosas, de un nuevo contrato social.

Mi propuesta no es la rebelión de las masas. Esas masas trajeron este masacote.

Mi propuesta podría llamarse, mejor, la rebelión de las plazas.

Pienso en la plaza Tahrir de El Cairo, donde nació la Primavera Árabe.

Mi convocatoria no quiere dar pie a nuevas violencias que justifiquen nuevas represiones. Quiero invitar a los que llaman ‘ de a pie’ a poner un pie en la calle.

Hay que marchar, sí , cuando sea preciso.

Pero más fácil que marchar y más eficiente que cacerolear es salir a la calle y plantarse en la puerta de las casas. O llegarse a pie – ya que nos llaman de a pie- hasta la plaza más cercana y reunirnos con los vecinos, también de a pie. Sin tarimas, sin líderes. NO para decidir quién será el próximo en mandar sino para decidir qué le vamos a mandar a hacer a ese  próximo.

Es hora de que entendamos que ‘mandatario’ no es el que manda, sino el que cumple un mandato.

Es hora de entender también que el  caudillismo, que es siempre un mesianismo,   no es una ideología sino una enfermedad social,  que se manifiesta – entre otros síntomas- ,  por la exageración y lo excesivo, por el delirio de los propósitos descomunales , grandiosos, heroicos, es decir,  inhumanos.

En otros tiempos se proclamó libertad, igualdad, fraternidad.

Ahora necesitamos más que otras cosas: Decencia, respeto y compasión.

La democracia se parece más a un trabajo de paciente carpintería que una fulgurante explosión de fanatismo.

Mi propuesta es dar un paso a la vez.

Y darlo cada vez mejor que el anterior.

Un  paso en el pensar, porque hay que definir qué es lo que queremos

Y un paso en el hacer, porque hay que salir a la calle a exigirlo.

La garrapata succiona los cerebros
La garrapata se adentra en las entrañas
Te come los sueños, te roba los deseos
Es muy difícil escapar de su maraña

Pablo Brito Altamira
@Xlaconciencia

* Intervención en la Cátedra Pío Tamayo del 29 de abril de 2013 en el marco del foro titulado ¿Qué hacer? ¿Cómo enfrentar la situación política actual más allá de toda violencia? realizado en la Sala E de la UCV.

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domingo, abril 28, 2013

CPT - ¿QUÉ HACER? ¿CÓMO ENFRENTAR LA SITUACIÓN POLÍTICA ACTUAL MÁS ALLÁ DE TODA VIOLENCIA?



Rafael Olbisnki


Cátedra ‘Pío Tamayo’
Centro de Estudios de Historia Actual
IIES / FACES / UCV

FORO

¿QUÉ HACER?
¿CÓMO ENFRENTAR LA SITUACIÓN POLÍTICA ACTUAL
MÁS ALLÁ DE TODA VIOLENCIA?

PONENTES
PABLO BRITO ALTAMIRA
RAFAEL IRIBARREN
ANTONIO VARELA

MODERADOR
AGUSTÍN BLANCO MUÑOZ


LUNES 29 DE ABRIL DEL 2013
SALA “E” DE LA UCV / 6 PM

En esta oportunidad no se trata de hacer el diagnóstico sobre la situación política de la Venezuela Actual sino de trazar las grandes líneas del camino a transitar para enfrentar el poderío enquistado hoy en el mando-poder de este expaís.

Y se trata de no apelar al viejo y gastado expediente de la violencia sino hurgar en las fórmulas de la creación y la inventiva para establecer mecanismos de organización que permitan una acción contraria a la establecida desde el control, dominio y ascenso de la fuerza social, sin echar mano del viejo instrumento, por demás monstruoso, de la violencia.

Esta es la discusión que queremos promover con la idea de poner de lado también la vía de la trampa-fraude electoral controlada por el régimen por lo menos desde las elecciones del 15A-04. Sobre estos temas hemos abundado en los materiales para las pasadas actividades.

A ellos nos remitimos hoy cuando queremos precisar nuestra búsqueda: ¿Qué se puede esperar del debate en curso entre el régimen y las oposiciones que comienzan por descalificarse al llamar unos a otros asesinos y éstos a los otros ladrones? ¿Es posible crear una política que no se quede en lo electoral controlado y dominado ni signifique apelar a la violencia destructora y criminal?

¿Estaremos obligados acaso a partir del presupuesto de la lucha de clases y la violencia para la toma del poder? ¿Será posible pensar, concebir y hacer una política nueva que parta de la auténtica integración de la sociedad a la política en una forma organizada y consciente?

Esta es una acción que debe ser colectiva. Cada quien desde su parcela, su espacio, su experiencia, debe trazar sus propias coordenadas para enfrentar la destrucción que nos acomete. Y son estos núcleos los que deben juntarse en líneas comunes que puedan expresar fortaleza, razón y avance.

En una crisis dimensional como la que vivimos, no hay caudillo que pueda aportar por sí mismo las soluciones. Es una tarea de organización y conciencia que debe comenzar por comprender lo que ocurre hoy y aquí para poder abordar la realidad a partir de una base sustentable.

Estamos demasiado acostumbrados a seguir lineamientos que otros conforman y contentarnos con los resultados cuando nos benefician y resignarnos cuando fracasan. Lo que está en juego hoy en este expaís es la conformación de una nueva política, con una organización diferente, que permita aprovechar, resumir, coordinar los aportes del colectivo.

Y para ello es esencial comenzar por desechar la polarización que se nos ha impuesto. Aquí la única línea divisoria debe establecerse entre quienes acometen la destruccion y quienes aspiran contribuir a sacar este expaís del foso en el cual se encuentra. No se trata de quitarle los privilegios a unos para concederlos a los otros.

Estamos en un tiempo en el cual hay que reorganizar la sociedad y la riqueza, hoy convertida en una deuda casi impagable. Hay que avanzar en la productividad, en el trabajo, en la distribucion equitativa de la riqueza y la responsabilidad, en darle a cada habitante de este país la oportunidad de participar en esa tarea colectiva.

Hay que acabar con los males que nos corroen desde que se nos dijo que nos habíamos convertido en república: la corrupción, la represión, la violencia, el aprovechamiento, la manipulación y domesticación de las mayorías en aras de beneficios que jamás les corresponden. Y hay que trazar líneas creadoras para lograrlo.

Esa es la tarea que proponemos, en la que todos de un modo u otro debemos participar. De no ser así, será otra propuesta fracasada.


EN EL AÑO DE LA CELEBRACIÓN DEL
TRIGÉSIMO ANIVERSARIO
DE LA CÁTEDRA PÍO TAMAYO
1983 - 2013


Coordinadores
Agustín Blanco Muñoz /  Mery Sananes / Danielita Barrolleta
Tlfs 6052536 / 6052563  (0416) 638-7320  (0414) 333-6515
Twitter: @ablancomunoz

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jueves, abril 25, 2013

¡AQUÍ TODOS ANDAMOS MUERTOS!

Eduard Munch


¡AQUÍ TODOS ANDAMOS MUERTOS!

Agustín Blanco Muñoz

En el artículo anterior (19/04/13) llamó la atención nuestra tesis de que el 15A-13 comenzó  la fase más  dura de la llamada historia republicana de este ex país. Faltó decir que aludimos a una fase del difícil período que se inicia el 27F-89, tiene continuación el 04F-92,  el 06D-98 con el triunfo de presidencial de Chávez y que se extiende hasta hoy.

La mayoría de los reparos mencionan los muchos otros momentos de violencia y muertes. Se alude a la independencia,  guerra federal, dictaduras como las de Castro, Gómez, Pérez Jiménez, la lucha armada de los sesenta o el tiempo que va del ‘Caracazo’, con su gran registro de muertes, a la defenestración de Carlos Andrés Pérez en mayo de 1993, y su consecuente inestabilidad e ingobernabilidad.

Se pierde de vista sin embargo que esta situación no puede verse sólo desde el insuficiente prisma de la  cuantificación. El momento actual presenta una síntesis de males agolpados. Un tiempo lleno de vacíos, incertidumbre, desgaste humano-espiritual, miedo ante la maquinaria del crimen y la represión, y de liquidación espiritual.

Estamos ante una sociedad regida por todo tipo de desafuero, perdición, superficialidad, agotamiento. Bien lejos de todo aquello que sea capaz de mantener en alto la perspectiva de vida del componente social. Es la sociedad de un tiempo sin vida. Sólo portadores,  diría el Maestro J.D. García Bacca, de una cuasi vida que, por desgracia ni siquiera llegamos a entender en su justa proporción.

Y esto se siente con gran nitidez cuando se nos coloca en plan de cumplidores de órdenes dadas por las vías mediáticas. Asi salimos a la calle unos a protestar contra el régimen y otros a defenderlo del grito, la cacerola o la piedra seguramente con las mismas armas o con otras supuestamente más pesadas y “convincentes”. El sin sentido acompaña así al sin vida, como en ningún otro momento de nuestra historia. 

No es verdad que aquí hay gente polarizada buscando independencia, soberanía, patria socialista. El verdadero anhelo del colectivo es ir más allá de este proceloso ambiente político, incapaz de ofrecer perspectivas a la situación de aplastamiento que recae sobre el conjunto de individuos que supuestamente constituye una estructura social.

Por eso cuando revisamos el interior de nuestra supuesta entidad social lo que vemos es una suma de individuos, cada quien atrapado en medio de nuestra particularidad, por un ambiente donde prevalece la amenaza permanente de muerte.  Algo que nos coloca en un tiempo copado por la guerra y las ansias de destrucción.

¿Y cómo llegamos a estar todos regidos por el estatuto y predominio de la muerte?

Esto ocurre en un ex país portador de  una inmensa riqueza llamada, en principio, a proporcionar la mejor vida a la gente de estas tierras. Pero los males que arrastramos nos apartan de esa posibilidad. Por esto la inmensa mayoría de la población lleva sobre sí el terrible peso del petróleo. Una especie de conciencia o subconciencia  de que todos somos ricos y  autorizados para  incursionar por el privilegio y la ostentación.

En el fondo impera un gigantesco cuadro de infelicidad o de supuesta felicidad, en el cual predomina la mentalidad ‘reparto petrolero’. Y  en esta dirección no hay  separación en el pensamiento  de ricos y pobres unidos al petróleo. Una   terrible paradoja: conformar verdaderos y supuestos ricos.

Por esto  la llamada ‘revolución bolivariana y socialista’ se abre campo a partir de un programa que tiene como punto central el reparto  de la renta petrolera, a partir del alza de los precios. Con esa base se adelanta hoy un populismo de la estatura del barril a 100 o más dólares. Un propósito que se junta al viejo esquema de la política que tiene en el caudillismo su principal motor de acción.

Un hombre con liderazgo mesiánico, heroico y carismático está al frente de esta empresa de supuesta reivindicación del pobre y al servicio de la dignidad de las mayorías. Este es el discurso que se vende por tres lustros y que se agota con la muerte de quien hemos calificado como el último de los caudillos de la escuela liberal-positivista que llena los siglos XIX, XX, sin que tenga asidero la posibilidad de formar sucesores que calcen con los lineamientos de aquel código.

Nos encontramos ahora, en consecuencia, ante una realidad con una nueva arista para la preocupación. Este ex país no cuenta hoy con un liderazgo que registre alguna solidez. La improvisación es su principal rasgo. En cuatro meses la alta dirección de Venecuba decide salvar la situación creada por la falta de sucesión y decide impulsar un sustituto de Hugo Chávez que ni él ni nadie antes pensó que podía ocupar tan importante responsabilidad.

En forma agresiva se hace el señalamiento: el sucesor para que continúe esta revolución debe ser el designado por el caudillo y jefe único de la revolución. El arma de lucha fundamental es el culto al héroe y la manipulación afectiva. Se trata de hacer valer  en todo sentido y dirección “la conexión afectiva del líder con su pueblo”. A la larga esto funcionó aunque no en la proporción que se pensó y cuando Maduro es proclamado presidente se le señala como afiliado a la vía del fraude-trampa.

A la hora de la victoria del esquema planteado y personificado en Nicolás Maduro, alcanzado apelando al bien manoseado instrumento del fraude-trampa, crece la confrontación, inestabilidad, y el desgaste humano para la colectividad.

En efecto, hoy recae sobre el colectivo un mayor peso politiquero. Las dos fracciones avanzan en su acción manipuladora para atribuirse su predominio. Unos certificados como ganadores y otros que se sienten triunfadores y en consecuencia impugnadores. Para ellos  se trata de dos Venezuela, la de uno y la   del otro. Y la población debe permanecer dividida en dos polos, representados por dos presidentes.

Hemos llegado indiscutiblemente al albañal de la política, al sitial donde la politiquería ve crecer sus espacios con empeño y dedicación.

En este sentido las oposiciones-MUD acusan al Hijo del Golpista Presidente (HGP) de ilegítimo. Y éstos a los opositores de andar tras un plan golpista. Se habla de una supuesta división en la estructura militar en la cual habría una parte en desacuerdo con todo propósito fraudulento y proclive a apoyar la solicitud de auditoria y hasta la de nulidad de las elecciones del 14 A.

Este discurso tiene los rasgos propios de la superficialidad y el vacío. Es la más palmaria acción de una politiquería que carece de perspectivas y que se siente  atiborrada de angustias, persecuciones, descalificaciones y  demás actos negadores de la vida.

Nadie puede negar hoy y aquí que la muerte ronda por todas partes y que la política en general está hoy directamente conectada con el imperio de la muerte vigente y creciente en este ex país.  Qué historia amigos! abm333@gmail.com / T:@ablancomunoz

El Universal, 26 de abril del 2013.


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LUIS MARÍN - AUDITORÍA DEL SIGLO XXI




AUDITORIA DEL SIGLO XXI

Luis Marín


La Cátedra  Pío Tamayo de Historia Actual ha preguntado, quizás en tono humorístico: ¿Puede prosperar una auditoria/impugnación que ponga fin a la presidencia de Maduro? El panel de invitados al foro el lunes 22-04-13, respondió unánimemente que no; por lo que lo procedente es desplazar la pregunta hacia el sentido que podría tener proponer una vía de acción que de antemano se reconoce como seguramente infructuosa.

La primera y más sencilla respuesta es que se trata de parte del “Show business”: una consecuencia necesaria de la situación en que se ha puesto la oposición oficial, atrapada en sus propias mentiras, que transita sin solución de continuidad de un: “Si votamos, ganamos”, a un todavía más quimérico: “Si auditamos, ganamos”.

El funcionario a sueldo de la dictadura, Vicente Díaz, abrió el juego con su declaración: “Que se abran todas las cajas”, con lo cual los estaba enviando directo a un callejón sin salida porque cualquiera sabe que eso es un tremedal del que es imposible salir con nada claro. Tan buena fue la propuesta, que el primero que la acogió alborozado fue el mismo Nicolás Maduro, que le dio rango presidencial a la sugerencia con su estilo habitual: “¡Que hablen las cajas!” Que de ocurrir sería sorprendente, incluso en este país.

No se necesita ser directivo del CNE por lustros para saber que ellos mismos pusieron en la normativa que cuando haya discrepancia entre el contenido de las cajas y lo que diga la máquina, prevalece lo que diga la máquina. Y de un CNE que todavía no ha entregado los resultados del referendo revocatorio de 2004, bien pueden esperarse los resultados de una auditoría cuyo fin, según la ley, es garantizar la “transparencia y confiabilidad de dicho proceso”. ¡A estas alturas! ¿Quién puede todavía hablar de transparencia y confiabilidad?

Llamar a cacerolazos no solo es una embarazosa confesión de impotencia, sino dirigir una ruidosa manera de no hacer nada. Inutilidad sobradamente demostrada en la práctica, porque en los pasados 14 años de dictadura se han abollado utillajes completos sin obtener el menor resultado, como no sea “descargar la arrechera” sin hacerle el más mínimo daño a nadie (con la probable excepción de las ollas).

Con la auditoría quieren saber hasta cuántos mochos votaron, para determinar en forma fehaciente si se justifica o no el llamado “voto asistido”, vale decir, que los esbirros acompañen a los votantes detrás del paraban. ¡Como si eso tuviera alguna importancia, en términos de fraude sistemático!

Los jesuitas en tiempos de persecución inventaron un lenguaje para no caer fácilmente en manos de los verdugos; pero sin verse forzados a mentir, traicionando sus propios principios de fidelidad la Verdad. La cuestión consiste en refugiarse en la ambigüedad propia del lenguaje natural o bien decir parte de una frase en voz alta y el resto en forma inaudible o incluso in pectore, para dar a entender una cosa por otra.

Como si le preguntaran: ¿Esconde usted a alguien aquí? Y respondiera: “No. Aquí sólo estoy yo”. Lo cual es cierto porque el perseguido está alláen el sótano, por ejemplo.

El candidato opositor asegura: “Nadie puede saber por quien usted votó”; ni siquiera usted mismo, habría que agregar. O bien la Santa Iglesia que declara: “Sólo Dios sabrá por quién votamos”; porque al CNE no se le puede creer.

EL TERCERO EXCLUIDO

No se ha tomado con suficiente seriedad la práctica de decir y repetir constantemente que este país está dividido en dos: gobierno y oposición; entendiendo por “oposición” ese hermano siamés de la dictadura que le presta el barniz de “democrática”, con que se presenta en el exterior.

La razón parece simple, pero las consecuencias son tremendas. Se trata de consolidar la idea de que hay una sola oposición, representada en eso que llaman MUD, que tiene una sola voz, un solo candidato, una sola tarjeta y un solo mensaje: la unidad. Todos los venezolanos tenemos que estar unidos sin fisuras, escotaduras, esguinces: unidad total.

La concepción es evidentemente totalitaria, exactamente como el gobierno que se mira en un espejo: bolivariana y socialista. En esta fórmula los socialistas de la oposición han creído hallar la cuadratura del círculo de un sistema socialista que es el remedo de la caricatura con que ellos se representan la democracia “burguesa”: un sistema en que dos empaques de idéntico contenido se disputan el poder engañando a “las masas” con una ilusoria elección.

El pequeño problema es que dejan por fuera a la mayoría de la población que no es del gobierno ni de esa falsa oposición colaboracionista. Lo realmente grave es que esa población es ignorada, no tomada en cuenta, sus opiniones no se escuchan, es privada de voz y presencia, ni siquiera se nombra, hasta llegar al extremo de que objetivamente, no existe.

La creación de sectores de población privados de la facultad de comunicar esto es, de humanidad, es consustancial al socialismo. Su lugar natural es el lager, el campo de concentración, el gulag, la granja de reeducación, el hospital de rehabilitación mental; su destino, el silencio absoluto, la no-presencia.

En este punto también presta una gran ayuda la Santa Madre Iglesia, que ya no es la voz de los que no tienen voz, sino que ha excluido de la feligresía a quien no sea gobierno ni oposición, que son los únicos a quienes sistemáticamente menciona en sus alocuciones. Quien no sea gobierno ni oposición no es parte del país, desaparece del discurso.

Históricamente, a los no-existentes el único recurso que les ha quedado es persistir, es decir, desmentir con su presencia el negacionismo socialista, la pretensión totalitaria del absoluto, afirmando su diversidad: El mundo no es homogéneo, la unidad total no solo es imposible sino indeseable. Ese es el mantra que conjura la aspiración jesuítica de un mundo perfecto.

Pero debajo de la mentira publica, va horadando un surco la verdad, silenciosamente.

FUNDAR LA REPÚBLICA CIVIL

En Venezuela no hay todavía una sociedad civil y nunca en toda su historia se había hecho un esfuerzo tan sistemático, orquestado y brutal por destruir lo poco que se había logrado en dos siglos de lucha desigual. En este asalto se han conjurado el militarismo endémico con el comunismo importado.

Una república civil en Venezuela tiene que ser necesariamente no bolivariana e incluso antibolivariana, porque el bolivarianismo es la forma en que se manifiesta y pretende hacerse plausible al militarismo, quizás desde Guzmán Blanco, pero sin duda de Juan Vicente Gómez para acá, que hasta ahora había sido su máxima expresión: Bolívar como imagen del militar, caudillista, guerrerista y tirano por excelencia.

Una república civil en Venezuela tiene que ser necesariamente no socialista e incluso antisocialista, porque el socialismo es la forma en que se manifiesta y pretende hacerse plausible el totalitarismo, la opresión económica y cultural del Estado, la desaparición de la esfera de libertad individual.

En su versión de izquierda hegeliana, el Estado es presentado como “la realidad de la idea moral” o peor como “Dios en la historia”; al contrario, la esfera privada es  inmoral y la “privatización” el mismo demonio. Todo lo público se rodea de una presunción de legalidad, mientras que lo privado se presume delictuoso y se cubre de sospecha.

Contra toda evidencia, porque está a la vista que el Estado puede ser asaltado por sujetos deshonestos y corruptos que no actúan en función de ningún interés público sino movidos por mezquinos intereses personales y familiares. Esta tendencia se lleva al paroxismo en los regímenes llamados socialistas, como en Cuba, Nicaragua, Ecuador, Bolivia y Venezuela.

En verdad, el Estado es el Mal en la Historia y debe ser reducido a su mínima expresión, para que haga el menor daño que sea posible. La sociedad civil, el mundo privado, los individuos, deben posesionarse del espacio público y hacerlo propio, levantar el reino de la libertad, la diversidad y el pluralismo.

Pero hace falta mucha confianza en sí mismo y derribar las estatuas de héroes y tiranos, proscribir la idolatría como crimen contra la humanidad. El camino es ejercer la crítica de lo que hay (bolivarianismo y socialismo) y proponer alternativas para lo que viene.

Si no se asume que la independencia estuvo signada por el error y se hubiera logrado mucho más y a menor costo con una dirección civil de nuestro proceso histórico, la perspectiva que tenemos es la guerra, la misma que no ha terminado desde 1810.

La otra, es esperar que este régimen demencial colapse por su propia inoperancia e incapacidad, pero esa perspectiva, además de indigna y cobarde, es demasiado larga. 70 años le costó a Rusia, Cuba lleva más de 50. ¿Cuánto aguantará el cuerpo venezolano?

Por una ironía del destino, de Dios o la historia, la solución parece acercarse a nuestras manos, aunque nos empeñemos en no querer agarrarla con firmeza.

COMUNISMO POR FASCISMO

La forma más fácil de identificar a un falso opositor es que cada vez que se ve obligado a protestar crímenes de la tiranía castrista, en lugar de denunciar al comunismo clama: ¡Esto es fascismo puro!

Es decir, el fascismo es lo malo por antonomasia, el comunismo no, sigue siendo bueno no importa lo que hagan los comunistas. De hecho, por una suerte de desplazamiento, cada vez que un comunista comete un crimen, eso no demuestra que los comunistas son criminales, sino que los camaradas han sufrido una desviación fascista. Sólo lo fascista es malo y lo malo siempre es fascismo, aunque lo perpetren los comunistas.

Lo curioso es que el partido de Fidel Castro se llama “Partido Comunista Cubano”, sin que nadie esté tratando de difamarlo; así como el Partido Comunista de Venezuela (PCV), es partido de gobierno en Venezuela. De manera que resulta inexplicable como es que sus ejecutorias son fascistas y no comunistas.

La idea es atacar los hechos, que son inocultables; pero dejando intacta la franquicia, que es el comunismo internacional, aliado de su gemelo, la Internacional Socialista. Por eso los criticadores de la oposición a cada paso aclaran: “Pero esto no es socialismo un carrizo; esto es otra cosa”. La otra cosa no se sabe lo que es; ni el socialismo verdadero y puro que ellos, los de la oposición, profesan con tanto fervor.

Así como le vendieron al candidato opositor la necesidad de hablar de clases sociales, el creativo que le vendió la idea de bautizar su equipo de campaña como Comando Simón Bolívar, simplemente, le robó los reales.

Pero nos hizo un gran favor a todos al revelar de forma indiscutible que la unidad por la que tanto claman es entre gobierno y alternativa democrática: la dictadura perfecta.

Luis Marín
23-04-13

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HISTORIA HOY - 25-04-13 ¿HASTA DÓNDE LLEGARÁ EL ULTIMATUM CAPRILES?


¿HASTA DÓNDE LLEGARÁ EL ULTIMATUM  CAPRILES?

Agustín Blanco Muñoz

La situación de pugnacidad política y social que se vive hoy en este ex país no tiene precedentes. Hemos llegado a un cuadro que está definido por el abismo, la desesperación-temor,  el peligro creciente. ¿Dónde llegará todo esto en medio del evidente predominio de la incertidumbre?

En la pelea sobre las auditorias de los resultados de las elecciones del 14A se llegó en la noche de ayer a un punto de inflexión. El discurso del ex candidato Capriles no admite regreso. Fue un ultimátum: dio un plazo de 24 horas para que se dé inicie al proceso auditor en la forma solicitada: no chimba. Se supone entonces que si no se cumple, se anunciarán nuevas acciones.  

Esto quiere decir que la situación ha tomado un giro en extremo peligroso. Al menos que estemos ante un discurso vacío e irresponsable. Capriles,  en tono alto, dejó entrever,  con una claridad  que va más allá de la convicción, que fue el ganador de las elecciones del 14A y que, en consecuencia, es el presidente de esta república bolivariana y socialista.

Y en este sentido queda plenamente establecido que si no se define hoy el cronograma y tipo de auditoria el excandidato irá más allá de sus señalamientos realizados -ustedes se robaron las elecciones y no tienen forma de torcer la verdad del fraude realizado-, para plantear acciones que  aumentarían la crisis pero que, a la vez, obligarían a un desenlace.

¿Qué puede salir de una acción de este tipo frente a un contendor que se considera obligado a defender y mantener sus posiciones gubernamentales, establecidas de acuerdo a una legalidad que se afirma en el tantas veces nombrado Estado de Derecho Revolucionario?

¿Presentará Capriles hoy más elementos que aumenten la  evidencia sobre el robo de su triunfo el 14A? ¿Llegó el momento, al fin, de escuchar las voces de quienes durante años denunciaron el fraude-trampa adelantado permanentemente por el régimen y concretado a nivel electoral CNE?

¿Continuarán apuntando -régimen y candidato-MUD- a subir la intensidad de esta guerra de baja intensidad, apoyada, en principio, en los medios o disparos de comunicación?

¿Iniciará el CNE hoy las auditorias con miras a detener el cumplimiento del ultimatum Capriles? ¿O por el contrario retará al retador? abm333@gmail.com / T:@ablancomunoz

25 de abril del 2013.




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domingo, abril 21, 2013

CPT - ¿PUEDE PROSPERAR UNA IMPUGNACIÓN QUE PONGA FIN A LA PRESIDENCIA DE MADURO?




Cátedra ‘Pío Tamayo’
Centro de Estudios de Historia Actual
IIES / FACES / UCV

FORO

¿PUEDE PROSPERAR UNA IMPUGNACIÓN QUE PONGA FIN  A LA PRESIDENCIA DE MADURO?

PONENTES

RAFAEL IRIBARREN
LUIS MARÍN
JOSÉ MÉNDEZ
ADRIANA VIGILANZA

MODERADOR
AGUSTÍN BLANCO MUÑOZ


LUNES 22 DE ABRIL DEL 2013
SALA “E” DE LA UCV / 6 PM



A esta hora, y en  medio de una situación de creciente tensión, está en marcha un proceso de auditoria aprobado por el CNE el jueves 18/04/13 para ampliar la anterior que alcanzó un 54% e intentar de este modo resolver, mediante la aplicación de una medida política, el reclamo de la Oposición-MUD basado en dudas sobre el resultado por poco margen establecido por el organismo rector.

En  este momento, establecida la Presidencia de Nicolás Maduro, el CNE expone con mayor claridad que con  las auditorias, entendidas como un proceso técnico, no hay posibilidad real de que se modifique los resultados emitidos el 14 A.  La proclamación y juramentación y ejercicio de la autoridad ejecutiva de este ex país está completamente firme en tanto ajustada a Derecho.

De modo que, en definitiva, y de acuerdo a esta fuente, nada ni nadie modificará unos resultados que al ser emitidos se  consideraron irreversibles y quien no esté de acuerdo debe proceder a impugnar ante el TSJ. Porque sólo con la nulidad del acto electoral y mediante la convocatoria a un nuevo proceso podría salir de su cargo el Presidente Maduro.

Sobre este escenario hay varias  opiniones: la que corresponde a una parte importante de las oposiciones que mantienen que si ya a esta hora comienza a descartarse como fórmula salvadora la auditoria, habrá que acudir a la impugnación con miras a lograr la anulación de las elecciones del 14ª que califican como fraudulentas. Lo importante en todo caso es establecer la verdad de lo ocurrido en las presidenciales del 14A y, en consecuencia, que se ubique el mando-poder en sus legítimas manos. 

Otra fracción importante de las oposiciones manifiesta su inconformidad con quienes les presentaron las auditorias como una posibilidad de establecer la verdad de lo actuado el 14A, dejando claramente en evidencia el fraude o robo de votos para cuadrar los resultados en favor del candidato oficialista. Es gente que ante el discurso de Sandra Oblitas, vicepresidenta del CNE  el 20/04/13, quedó ingratamente sorprendida y decepcionada porque se le había dicho hasta más no poder, que con las auditorias saldría la verdad.  Es decir, quedaría evidenciado el fraude y aumentaría la crisis política, la ilegitimidad ya cantada y el gobierno  no tendría posibilidad de mantenerse. No falta dentro de este grupo quien sienta que ha sido víctima del engaño y la manipulación.

Por  otra parte está la posición oficialista que sigue acusando a los opositores, y específicamente al ex candidato presidencial, de ser responsables de la violencia que se produjo el lunes 15/04/13 y que dejó como resultado 09 muertos y unos 60 heridos.

Y hay otra posición sustentada por quienes piensan que de una impugnación donde no hay Estado de Derecho sólo puede salir el resultado que convenga a los intereses de la fuerza que está al frente del mando-poder.  Esto es lo único que tiene lógica en un medio en el que no prevalece la ley que permita pensar en la aplicación de ese instrumento para tratar de resolver un conflicto que se produce por su propia ausencia.

Y en este mismo contexto se plantea el fraude-trampa que, por lo menos desde el 15 A-04, se ha adelantado bajo la batuta del CNE. A lo largo de una década se ha realizado la denuncia que ahora dicen asumir las oposiciones. En este caso, ante una derrota por menos de 300 mil votos, esta instancia decide no reconocer el triunfo del contendor. Es algo que se anunció a lo largo de la campaña electoral.

Y esto llama la atención. Las oposiciones y su candidato se inscriben en un proceso que está regido por unas determinadas reglas de juego que de manera implícita aceptan. No hacen  cuestionamiento alguno No condicionan su participación. Pero a la hora en la cual se le pide a esta tendencia firmar un documento mediante el cual se acepta el compromiso de reconocer al ganador, en comunicación al CNE del 10/04/13 señala que su compromiso es con el pueblo de Venezuela.

Y agrega: ...“Si desean respeto como árbitros deben actuar con el equilibrio y ponderación debida que les impone su investidura y no como hasta ahora como brazo ejecutor del Gobierno. De igual forma haremos que los ciudadanos participen activamente el día de la elección en la verificación ciudadana del acto de votación y en especial en el acto de escrutinio.”

Nadie podría entender que se aceptara el veredicto adverso de un árbitro a quien previamente se ha acusado de brazo ejecutor de las órdenes del Gobierno. Queda claro de esta manera que la única forma de evitar la  protesta de los resultados CNE era con la exhibición de los números que le diesen el triunfo a Capriles.

Ahora, si se conocía de antemano esa respuesta, es lógico pensar que el oficialismo tenía que haber definido una conducta que le permitiera mantener su hegemonía. Y si se considera la posibilidad de que también en este caso se haya acudido al camino del fraude-trampa hay cuestiones que deben considerarse a fin de  precisarlas. Ante el  desconocimiento de los resultados electorales CNE anunciado por  las oposiciones ¿qué haría el oficialismo? ¿Se acogería al cruce de brazos y el dejar hacer?

El operativo oficialista -hablamos en términos de hipótesis- consiste  en plantear un fraude-trampa por demás creíble a pesar de lo publicado por las encuestadoras. Se trata de un resultado por poco margen a favor del Gobierno, que podría llevar a quien había anunciado el rechazo a cualquier resultado desfavorable, a creer que había ganado por amplio margen y que por la vía del fraude se le  quita votos para poner a ganar a la otra parte.

Si se considera el fraude-trampa como una de las ventajas del régimen, está claro que podía aplicar el resultado que le pareciera más conveniente. Si la diferencia era considerable se desconocería, denunciando irregularidades para sembrar dudas sobre el sistema electoral. Y seguramente el régimen no las habría tenido todas consigo para defenderse.

Pero el escenario del poco margen de ventaja podría llevar a la oposición a convencerse de un triunfo que el oficialismo trataría de arrancarle. El llamado de sus seguidores a la calle era un dato elemental. Y a eso seguirían escenarios violentos que el oficialismo aprovecharía para establecer  que la participación electoral de la MUD-HCR, no estaba dirigida a un obtener una victoria, sino a crear un cuadro aprovechable para adelantar acciones que pudieran poner fin al régimen castro-chavista.

El resultado final es bien conocido. Esto que se califica como crisis política seguirá su curso.  No es verdad que mediante una impugnación actuará el Estado de Derecho que no es para imponer una verdad que tampoco puede ser. Aquí hoy la única verdad tiene que ver con la arbitrariedad, la fuerza, la manipulación y cada día estaremos más alejados de toda rectitud.

Indispensable preguntar hoy sobre lo que nos espera en el corto o mediano plazo. En el cuadro político se habla de una total polarización. Las dos Venezuela en un ex país. Un derrotado electoral que se considera triunfador político por el crecimiento de su electorado y que acusa de perdedor  al ganador por haber bajado el caudal de votos del chavismo.

Se olvida en muchas oportunidades que la candidatura de Maduro es una improvisación decidida por el alto mando de Venecuba y que aparece sólo el 08/12/12 cuando se encara el problema de la sucesión, al ser ya inminente el fin del líder-caudillo de la revolución. De modo que en cuatro meses se fabricó un  presidente a partir de la ascendencia del jefe y de los grandes recursos para el uso y el abuso. ¿Se puede llamar a esto fracaso político? Esto es  algo que habrá que seguir observando.

¿Tendrá capacidad la dirección venecubana de esta ‘única revolución’ de poner en práctica un plan económico para detener este desastre? ¿Habrá aquí alguna mejora económica y social que permita una recuperación del chavismo o todo avanzará en dirección al fracaso y el mantenimiento de la plena vigencia de las oposiciones?


EN EL AÑO DE LA CELEBRACIÓN DEL
TRIGÉSIMO ANIVERSARIO
DE LA CÁTEDRA PÍO TAMAYO
1983 - 2013


Coordinadores
Agustín Blanco Muñoz /  Mery Sananes / Danielita Barrolleta
Tlfs 6052536 / 6052563  (0416) 638-7320  (0414) 333-6515
Twitter: @ablancomunoz





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