domingo, enero 22, 2017

VANESSA DAVIES ENTREVISTA A AGUSTÍN BLANCO MUÑOZ


VANESSA DAVIES ENTREVISTA A
AGUSTÍN BLANCO MUÑOZ
para CONTRAPUNTO
22 de enero del 2017 

Los que piden otro 23 de Enero de 1958 están desfasados por completo


El poder en Venezuela lo tienen los militares y no Maduro, afirma el director del Centro de Estudios de Historia Actual de la UCV. Advierte que una población hambrienta no se va a rebelar y casi da por hecho el triunfo del oficialismo en 2018

Si de virtudes se trata, la principal de Agustín Blanco Muñoz –entre muchas otras que lo acompañan– es la constancia. La misma que le ha permitido legar para la historia nacional un conjunto de entrevistas sobre la insurgencia guerrillera de los años 1960. La misma que lo mantiene –pese a todo– en el lado de la acera de la crítica al chavismo, al oficialismo, a la oposición agrupada o no en la Mesa de la Unidad Democrática, a quienes aplauden, a quienes guardan silencio.

Como director del Centro de Estudios de Historia Actual y de la Cátedra Pío Tamayo de la UCV, Blanco Muñoz tiene el cuero curtido y entiende los procesos históricos como lo que son: procesos que se toman su tiempo. No cae en la desesperación, por ejemplo, de quienes vociferan “Maduro fuera ya”. Por el contrario, afirma –en conversación con Contrapunto en su despacho universitario– que aunque falleció el líder Hugo Chávez, este proceso “no ha terminado” e, incluso, avizora un triunfo electoral del oficialismo en 2018 sustentado en el hambre.

El de Venezuela “es un proceso internacional de esto que se llama socialismo del siglo XXI”, recalca, y se va a mantener “porque es un proyecto para la sobrevivencia de esta idea-engaño-socialista”. Lo dice un hombre que militó en la Juventud Comunista, y que está orgulloso de haber formado parte de esa organización.

Cree que en Venezuela hay un “régimen militar, policial, narcodelincuencial, civil”, presentado a la gente como “un socialismo del siglo XXI que, en realidad, es una experiencia en la cual el capital financiero logra los mejores resultados que nunca había obtenido”.



Control político por el hambre

Los militares están en el poder, aunque “se sigue creyendo que el gran poder está en manos de Maduro”, enfatiza Blanco Muñoz. Eso implica represión “socialista” con “el factor represivo militar y la incorporación del factor represivo colectivos”.

La creación del carné de la patria, promovida por el Gobierno, busca “mantener un control en todos los aspectos”, advierte. Son “12 millones de personas controladas para el Gobierno garantizar su triunfo electoral en 2018”. La premisa, razona, es “hazte socialista o muérete de hambre”, aunque en realidad “se usa la idea del socialismo para crear entusiasmo y seguir manipulando” con la idea de que en la Cuarta República había vándalos y en la Quinta República hay héroes.

“Aquí lo que está mandando es el control político por el hambre”, acusa Blanco Muñoz, muy crítico desde siempre del presidente fallecido, Hugo Chávez, y ahora de la gestión del mandatario Nicolás Maduro. Recuerda sus entrevistas con Chávez para escribir el libro Habla el comandante, y cómo no pudo concluirlas porque se le cerraron las puertas para acceder al líder. También rememora que Chávez le garantizó que encabezaría la destrucción del viejo sistema.

–¿Esa destrucción no ha terminado?

–Noooo. No ha terminado. Maduro encabeza formalmente la mayor destrucción de este país, y todavía no lo queremos creer. Los políticos todavía están pensando que puede haber salida democrática.

–¿Y cuál es la salida que usted ve?

–La salida es la fuerza social, organizada y consciente.

–¿No va a haber elecciones este año?

-Ellos harán ahorita lo que les dé la gana: si les conviene, las hacen; si no les conviene, no las hacen. En este momento no les conviene. El Gobierno nunca pensó que le iba a resultar tan fácil mantenerse como se mantiene. Yo digo que su jefe de campaña es la MUD.



¿Otro 23 de Enero? “Nada que ver”

–¿Estamos en una situación como la del 23 de Enero de 1958?

–Nada que ver. Ahora salió un personaje público a decir que lo que necesitamos es otro 23 de Enero, que necesitamos otro Wolfgang Larrazábal.

–¿Necesitamos otro 23 de Enero?

-Noooo. Eso es no entender el 23 de Enero. La gente sigue pensando que el 23 de Enero es producto de los que se alzaron. ¿Quién cree eso? Pérez Jiménez me explica claramente eso en el libro Habla el general Marcos Pérez Jiménez. Él explica cómo fue ese proceso, la intervención norteamericana y por qué comenzaron los problemas con el perezjimenismo, y plantea el contexto latinoamericano del paso del periodo de las espadas al periodo de la democracia.

–¿No hay un contexto internacional favorable a que esta situación en Venezuela se termine?

–No. Hay un contexto favorable para que esto prosiga. No veo oposición.
Hay oposiciones y cada día son mayores las oposiciones en este país.

–¿A Estados Unidos le interesa que esta situación continúe?

–Yo he sostenido que esta es una revolución “made in USA”. Cada día estoy más convencido.

–¿Maduro es un presidente “made in USA”?

–Maduro es un presidente “made in USA”.

Agustín Blanco Muñoz hace un largo recorrido histórico para llegar a la conclusión de que la revolución bolivariana “se ha mantenido por el apoyo de Estados Unidos, y la mejor prueba de eso es que a Estados Unidos no le ha faltado, en estos 17 años, ni un barril de petróleo del que a ellos les interesa. Eso no le ha faltado ni les va a faltar”.

Padrino no es Larrazábal

–¿Descarta que los militares puedan pronunciarse y decir que la situación es insostenible?

–La doctrina Rómulo Betancourt nunca estuvo mejor aplicada que hoy. Me refiero a la inversión en las Fuerzas Armadas, para no decirlo con las palabras que usó Betancourt.

–¿Quienes esperan que ocurra otro 23 de Enero y surja otro Wolfgang Larrazábal?

–Esa gente está desfasada completamente. No puedes invocar ahora “yo quiero un 23 de Enero”. ¿De qué estamos hablando? Es como que alguien diga “yo quiero otro 11 de abril de 2002”. Sin embargo, cuidado… Puedo decir que el 11 de Abril no ha terminado, y que se expresó el 1 de septiembre y el 26 de octubre de 2016 con las movilizaciones de la oposición, pero no hubo a quien le interesara interpretarlo.

–La solución para Venezuela no es otro 23 de Enero. ¿Cuál es?

–Podemos seguir buscando un salvador o salvadora, porque ahora también hay candidatas a salvadoras de Venezuela. Si quieres seguir en la misma historia, concretas más el acuerdo con el Gobierno y buscas un salvador, Como no consigues un salvador de la patria del lado de las oposiciones, sigue un salvador de la patria del lado del Gobierno y sigue el reparto del poder.

–¿Es otro Pacto de Punto Fijo?

–No. Es un pacto para la negociación por beneficios: gente sin ningún tipo de escrúpulos que lo que quiere son los millones. El viejo botín.

–Hay gente que dice que sin un alzamiento militar no hay solución.

–Es la gente que sigue pensando en el mismo destino: un caudillo salvador. Ese escenario puede seguir, y entonces en 2018 el candidato del chavismo puede no ser Maduro, sino Diosdado Cabello, que ya anda en campaña.

–¿No hay otro Wolfgang Larrazábal? ¿No es Vladimir Padrino López otro Wolfgang Larrazábal?

–No. Ese es un hombre del poder, y los discursos de él ante las dos peticiones de que se convierta en otro Wolfgang Larrazábal fueron muy coherentes.

–¿No hay nadie en la Fuerza Armada que pueda ser otro Larrazábal?

–Puede haber muchos aspirantes, pero no hay condiciones para eso. Con un poder como el que se ha montado, dirigido por Padrino López, ¿vas a estar pensando en eso? Han puesto 100 oficiales en su casa simplemente por disentir.

–¿Hay molestia en la Fuerza Armada?

–Siempre ha habido molestia y va a haber molestia, pero control mata molestia. ¿Y quién ejerce ese control? El equipo cubano.

–¿Usted cree eso realmente?

–Creo que dudarlo hoy no paga dividendos, porque es algo muy sabido.



¿Oficialismo gana en 2018?

Agustín Blanco Muñoz tenía 16 años cuando cayó la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Como militante político, participó activamente en las acciones que condujeron al derrocamiento del general.

De ese primer mes de 1958, el historiador resalta la efervescencia popular, que “no la veo ahora, y menos con el control estomacal”, porque “vemos el hambre convertida en política social de control”. La gente en Venezuela está preocupada por sobrevivir, por tener comida y medicinas, “por ver cómo amanece”, describe. “Y si tienes unas oposiciones negociando, si tienes un colectivo social pueblo en la subsistencia, y si tienes a muchos que quieren acabar con esto ya, no hay mucho que hacer en el corto plazo”.

Por el contrario, argumenta, el oficialismo “tiene todas las posibilidades de mantener su proyecto, y por eso sostengo, a esta hora que estamos hablando, que tienen garantizado su triunfo, en medio de este desastre, en 2018. Y máxime cuando tienen un CNE inamovible hasta el año 2022”.

Maduro “no es el problema”

“Mientras andemos buscando salvadores, este esquema histórico va a seguir en el mismo punto” aunque “con variantes de forma”, asegura Blanco Muñoz. Según su análisis, los 17 años de revolución bolivariana son una continuidad del Puntofijismo.

Visto así, Nicolás Maduro “es una persona que cumple bien su papel: él no es poder ni toma de decisiones. El poder está en otra parte”, diagnostica.

–¿Dónde?

–En los cuarteles y en el alto capital financiero. Hay un poco de gente enferma diciendo que el gran problema es Maduro y que si Maduro sale, se acaba todo. Maduro no es el problema, y cuando se lo dices a la gente, te meten un golpe.

–SI el presidente Maduro no es el problema, ¿cuál es el problema?

–La situación a la que nos han llevado con el pretexto de tumbar un régimen opresor para crear uno liberador. Ese tiempo de liberación no ha llegado. Lo que hay es continuación de lo anterior. Diecisiete años después descubrieron que no hay aparato productivo.

–¿Si el presidente Maduro se va todo sigue igual?

–No digo que todo sigue igual, pero la esencia caudillesca permanece. Si quieres romper la esencia caudillesca y pensar en una historia de cambio, tienes que aplicar teoría y práctica de cambio.

–¿La población está apática?

–La población no está apática: está profundamente manipulada por las dos minorías en el poder: la minoría PSUV-Gobierno y la minoría MUD. La gran mayoría de los venezolanos no formamos parte de esas dos entidades, y esas dos grandes mayorías apelan al mal menor. Piensa en que esa mayoría se organice para producir nuevas acciones.

–¿La constituyente es la opción? ¿Tiene sentido?

–No puede ser el punto de partida. El punto de partida es la organización de ese colectivo social pueblo. Las soluciones deben ser decididas por ese colectivo, no por caudillos.



Un discurso “vacío”

La institución presidencial venezolana “ha tenido momentos de alguna altura”, pero no es el caso del presente, ilustra el investigador.

–¿Le parece que no la tiene ahora?

–No. El discurso político de Maduro, no tengo ninguna duda, es uno de los más vacíos que ha parido la historia de Venezuela, porque la prepotencia no es buena consejera.

–¿Cree que es prepotente?

–Él es prepotente, está prevalido no sé de qué poderes para comenzar un discurso sin saber qué decir. Creo que no hay un presidente de Latinoamérica que haya repetido tantas cosas banales como Maduro. Y las repite, las repite, las repite. En un medio donde no existe la crítica, se puede hacer esto. ¿Quién hace aquí crítica del discurso político?

–¿Cómo ve el comando antigolpe?

–Busca profundizar y dimensionar la represión. Eso está en contacto directo con lo que está ocurriendo alrededor de la Asamblea Nacional: cuesta trabajo pensar que hayan sido capaces de tanta torpeza. La historia del abandono del cargo llama a pensar que tenían un plan B, contactos militares. El Gobierno, en sospecha de que puede haber un plan B, monta su aparato represivo a fondo; es decir, vamos a disparar a matar, y eso no es nuevo en Venezuela.

Con detenciones como las del diputado Gilber Caro, dirigente de Voluntad Popular, los funcionarios de Gobierno “están haciendo lo que hicieron sus padres” de Acción Democrática, ironiza Blanco Muñoz.

Con base en todo ello, asevera que todo el año 2017 “con toda seguridad” va a seguir lleno de angustia e incertidumbre. “No hay momento en la historia de Venezuela en el que la política haya llevado tanta gente a los cementerios”, diagnostica. La gente “lo que quiere es sacar a Maduro ya, no quiere organizarse”.

No es su caso: “Yo me calo a mi Maduro sin sufrir, me calo a mi Diosdado sin sufrir porque soy un investigador y debo estar informado”. Como cronista del presente, le gustaría entrevistar a Maduro, a quien tipifica como un hombre “al servicio de una política” de defensa del capital financiero internacional.

Fotos / Jonathan Lanza

No hay comentarios.: